¿Cómo se fabrica el vodka?
¿Qué es el vodka?
El vodka es una bebida espirituosa neutra fundamental, conocida tradicionalmente por su perfil incoloro e insípido, que lo hace apto para el consumo puro o como elemento fundamental en diversos cócteles. Su receta tradicional se basa en dos ingredientes básicos: agua y etanol derivado de la fermentación de cereales como el trigo, el centeno o la cebada. Sin embargo, la producción moderna de vodka suele incorporar ingredientes de base alternativos, como patatas y remolacha, junto con aditivos como productos botánicos y especias, para conferir sabores y características distintivas al producto final. Tras la fermentación y la destilación, el vodka se somete a meticulosos procesos de filtración y refinado destinados a eliminar impurezas y conseguir una textura aterciopelada.
El proceso de producción del vodka
Mezcla de ingredientes base: Granos como trigo malteado, copos de maíz o centeno se combinan con agua y levadura para crear un macerado fermentable. Esta mezcla se calienta y se remueve cuidadosamente para garantizar una mezcla completa y la preparación para la fermentación.
Fermentación del mosto: El mosto fermentable se deja fermentar durante un tiempo determinado, normalmente de una a dos semanas, para que se complete la fermentación. Durante esta fase, los compuestos del mosto se descomponen, lo que da lugar a la producción de alcohol natural simple, conocido como etanol.
Filtración de la mezcla: Una vez concluida la fermentación, la parte líquida de la mezcla, que contiene etanol, se separa de la materia sólida de fermentación. Este líquido es la base para la producción de vodka.
Destilación: La destilación es un proceso de purificación en el que el líquido se calienta y se vaporiza, y luego los vapores se recogen a medida que se condensan de nuevo en forma líquida. Este proceso aumenta la pureza del líquido, resultando en un mayor contenido de alcohol. Se pueden utilizar varios métodos de destilación, que van desde la destilación simple o doble hasta destilaciones múltiples y rectificaciones para obtener un producto más refinado.
Recogida y clasificación de los productos: Tras la destilación, el líquido resultante se separa en diferentes fracciones. La porción inicial, de unos 35%, contiene compuestos como metanol o acetona y se conoce como "cabezas" o "delanteros", que suelen desecharse debido a su naturaleza volátil o tóxica. El siguiente 30% es el preciado "corazón", que representa la máxima calidad. Los 35% restantes, denominados "colas", pueden reprocesarse para extraer producto adicional.
Filtración: Para conseguir la suavidad y limpieza características del vodka, el producto destilado suele someterse a filtración. Este paso garantiza la eliminación de cualquier impureza restante, lo que mejora el perfil de sabor general.
Dilución: Tras la destilación y la filtración, el vodka se diluye para alcanzar la concentración de alcohol deseada. Esto se hace midiendo cuidadosamente el alcohol por volumen (ABV) y añadiendo gradualmente agua hasta alcanzar el nivel deseado.
Embotellado: La última etapa consiste en embotellar el vodka en recipientes etiquetados, listo para su distribución y consumo.
Este exhaustivo proceso subraya la atención al detalle y la artesanía que implica la creación de un vodka de alta calidad con sus características distintivas.